El impuesto a las remesas

Dr. Silvino Vergara Nava

“Nuestra historia es sobre el cada vez mayor
uso del Derecho como un mecanismo
para construir y legitimar el saqueo.”

Ugo Mattei

Dentro de las múltiples propuestas de campaña del actual presidente de los Estados Unidos de América, una era la creación de un impuesto a los envíos de dinero del territorio de aquel país a todo el mundo, lo cual causó un gran revuelo, pero paulatinamente se ha ido apagando, en particular, en los medios de comunicación dicha propuesta que consiste en gravar entre el 1% y 2% el envío de dinero de EUA al extranjero.

En México, esto causó más que terror, desde los altos funcionarios gubernamentales hasta en el caso de las personas que viven de las denominadas remesas; en particular estas últimas que están esperando día a día aquel envío de dinero de los parientes, familiares y demás que se juegan la vida, pasan por encima de su dignidad humana, pierden la esperanza y el sentido de la vida en el extranjero, principalmente en Estados Unidos de América y Canadá, procurando obtener lo que su país no les brinda, que es un trabajo y un salario para enviarlo a sus comunidades y poblaciones aquí en México. Ni qué decir de todo Centroamérica y Sudamérica, que se encuentran en las mismas condiciones. Por ello, considerar el establecimiento de ese impuesto sobre las remesas impactaría en la economía ya tan afectada de esa gran cantidad de población y, con ello, de toda la cadena de consumo en nuestro país; pues no debe perderse de vista que en las comunidades en donde llegan estos recursos se encuentran las grandes empresas depredando ese dinero, con paguitos para alimentos, ropa, electrodomésticos, pantallas de TV, etc.; empresas que prácticamente se quedan con el dinero que van a recoger las personas de cada uno de los envíos que reciben. Algo así como las viejas casas de raya, pero ahora del siglo XXI.

Pero también, la preocupación es de parte del propio gobierno mexicano y de los países de Centroamérica, pues el que se grave con un impuesto en Estados Unidos de América las remesas provocaría una disminución considerable de la percepción de recursos formales a nuestros países latinoamericanos. Es evidente que son las remesas uno de los rubros por los cuales se obtiene el mayor número de recursos, pues, en el caso de México, se ha considerado entre el segundo y tercer rubro, siendo el primer ingreso el petróleo, y los otros rubros son: la industria maquiladora de auto-partes y el turismo. Y lo que sí se ha logrado en los últimos 20 años en México y en los países de América latina es implementar extraordinarias políticas públicas para incrementar las remesas en nuestros países, invitando a la población a auto-expulsarse de sus poblaciones y regiones, pues el desempleo, la ausente ayuda al campo y a la agricultura, así como el incremento de la inseguridad pública que ha llegado a extremos, como es el caso de la desaparición forzada, las fosas clandestinas de cuerpos humanos, todo aquello ha provocado el aumento de las remesas en México; desde el punto de vista económico, desafortunadamente, todo esto ha abonado a que se incrementen las remesas. Por ello, establecer un impuesto al respecto, desde luego, afectaría en el envío de las mismas, lo cual provocaría mecanismos alternativos que ya no serían las ordinarias transferencias bancarias o, bien, los envíos de dinero por casas de envío de dinero; alternativas que representarían mayores riesgos para los beneficiarios de esas remesas.

Si se ha dejado la propuesta del impuesto a las remesas en el escritorio, en particular por los medios de comunicación oficiales, no es para que se desestime esa posibilidad de su implementación en Estados Unidos de América, pues tarde o temprano se implementará; y cuando ocurra, no habrá mucho tiempo para que en México se implemente otra alternativa de percepción de recursos económicos que no sean las remesas o, bien, una forma diferente de impulsar la economía de aquellas personas que han sido olvidadas por el sistema y el Estado de Derecho, que son los receptores de estos montos de dinero, abandonados por el sistema que ellos mismos pueden calificar como un Estado de derecho ilegal, tal como también como lo nombran los profesores Ugo Mattei y Laura Nader, al sostener que: “El Estado de Derecho puede ser considerado ilegal cuando éste es aplicado criminal, arbitraria y caprichosamente, victimizando a los sujetos más débiles, o cuando éste viola el espíritu y la letra de los tratados. (Mattei, Ugo, Nader, Laura. Saqueo cuando el Estado de derecho es ilegal. Lima: Palestra Editores, 2013). En conclusión, una tarea más para la nueva administración pública es prever cómo contener las consecuencias del inminente impuesto sobre las remesas.

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