¿Miedo, victoria o juego de sombras?

Dr. Silvino Vergara Nava

“El mundo que se ve por televisión se parece
a uno en el que los «ciudadanos/ovejas»
son protegidos de los «delincuentes/lobos»
por «políticas/perros pastores»”.

Zygmunt Bauman

En la administración pública norteamericana de Ronald Reagan fue en donde se incrementó esa denominada “cultura del miedo” (SIMON, Jonathan, Gobernar a través del delito”, Ciudad de México: Gedisa, 2011), que consiste en inyectar a la población norteamericana una serie de riesgos medidos o artificiales pero que legitiman al gobierno y a sus instituciones; como dijera Carlos Max en el siglo XIX: “ante una huelga generalizada de ladrones, habría que inventarlos”. El sistema requiere ladrones, requiere enemigos; pero, si esos enemigos han desaparecido, el sistema norteamericano debe inventarlo. Así, desde la década de los ochenta del siglo XX, se necesitaban esos enemigos que, en su tiempo, fueron los terroristas (por ello, en sus leyes se menciona tanto a los terroristas; y, como aquí en México copiamos o nos imponen las leyes, también los formularios de la ley anti-lavado alude a los terroristas, pese a que estos no existen en México o, por lo menos, oficialmente el Estado no los ha reconocido, ya que la guerrilla es otra cosa); después de los terroristas, los musulmanes (no antes de los rusos ni estos antes de los japoneses y alemanes); después fueron los narcotraficantes, y ahora resulta que son los migrantes. Es decir, el sistema norteamericano siempre se ha visto en la necesidad de influir miedo a su población con la finalidad de facilitar la implementación de sus medidas y, con ello, gobernar.

Al respecto de esa cultura del miedo, sostiene el profesor Zygmunt Bauman: “Son muchos, en realidad, los modos posibles de sacar partido de las existencias crecientes de miedos que flotan libres, desligados y desenfocados. Uno de esos modos, por ejemplo, es el consistente en obtener legitimidad y aprobación política invirtiendo el poderío estatal en declarar la guerra al crimen” (BAUMAN, Zygmunt, Miedo líquido, Ciudad de México: Paidos, 2013). De esa forma es como ha gobernado el sistema norteamericano a su población y, en general, es un modo de gobierno que ha implementado en todo el mundo occidental poco a poco.

Con las últimas noticias del mes de junio de 2019, respecto a la amenaza del gobierno norteamericano a México de implementar un impuesto en forma progresiva iniciando con el 5% y finalizando hasta con una tasa del 20% sobre el valor de la mercancía importada desde México ―todo en este mismo año de 2019―, se demuestra una vez más esa cultura del miedo que impone el gobierno “yanqui”, pues lo que tales noticias le permitió a ese gobierno norteamericano fue imponer, por medio del simple miedo, una serie de políticas que el gobierno mexicano debe implementar y, así, evitar el flujo migratorio en la frontera sur del país de los centroamericanos, cubanos e, incluso, africanos. Condición con la que queda eximido de ese impuesto sobre la importación de los productos mexicanos. Finalmente, se cedió a las peticiones del gobierno estadounidense y, por ello, éste suspendió la medida de implementar ese gravamen a los productos mexicanos. Ahora cabe hacerse la pregunta: ¿de quien es la victoria?

En el box, uno de los entrenamientos, a los boxeadores se les pone horas y horas en el denominado juego de sombras, en donde no hay contacto entre los rivales; es más, ese ejercicio se puede hacer de forma individual y con la propia sombra del cuerpo se hace el entrenamiento de los movimientos de brazos, piernas y cintura para estar preparados para la pelea.

Con la noticia del presidente de los estadounidenses de imponer aranceles a los productos mexicanos, entonces, ¿no será que, no hay victoria para nadie, ni norteamericanos ni mexicanos? Bien pareciera que esa amenaza del gravar las importaciones mexicanas es parte de esa cultura del miedo impuesta por el gobierno norteamericano; así como en los tiempos de Salinas de Gortari se hizo en México con el denominado “chupacabras”. Paradójicamente, ese animal que “aparecía” en los campos mexicanos y se comía los animales de corral, después de la administración pública de ese presidente nunca más apareció. Posiblemente estuvo en peligro de extinción y desapareció. Otro ejemplo de esa cultura es el caso de la fiebre porcina de los tiempos de Calderón, que, en las mismas condiciones, después del tiempo de éste, desapareció tal crisis de salud. Todo da a entender que, respecto a la implementación de aranceles norteamericanos, lo que simplemente sucedió fue un capítulo más de la cultura del miedo; ahora, con la presencia de un simple juego de sombras.

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