El contrato cero horas y la reducción de la semana laboral

Silvino Vergara Nava

“La robótica se expande en todas

las ramas productivas. Nada escapa

al capitalismo digital y la

informática de la dominación.”

Marcos Roitman Rosenmann

Nuevamente se ha puesto sobre la palestra de los legisladores federales, la propuesta de reducir en México las horas de la semana laboral de 48 horas a 40 horas, que es evidente que no se trata de un buen propósito de los legisladores para el sector laboral, menos aun del partido oficial y sus allegados, sino de una imposición mundial, pues todos los países se están comprometiendo a reducir las horas de trabajo semanal, que no son beneficios o derechos para que el trabajador cuente con más tiempo de esparcimiento, de descanso, de mayor convivencia con su familia, etc., sino de otorgar a la población en general mayor tiempo para consumir, pues hay tanta mercancía en el mundo que ahora lo que necesitamos son consumidores y no empleados, estos eran en el pasado, hoy requerimos de consumidores, aunque sean consumidores subsidiados por los Estados por medio de las pensiones, eso es lo de menos, se requiere de consumidores y, estas medidas de reducir la jornada semanal de trabajo es su propósito principal.

Hay varios golpes que últimamente ha recibido el empleo, uno de ellos fue la pandemia de hace cinco años, que, entre otras cosas, revolucionó con la modalidad laboral denominada: “home office”, la mayoría de ellos han dejado de ser empleados y se convirtieron prestadores de servicios por honorarios. Además, la pandemia provocó que muchos de los trabajos hayan desaparecido, si no existen oficinas con personal, pues ya no hay asistentes, recepcionistas, secretarias, mensajeros, es más, estos últimos se “uberizaron”, es decir, se han convertido en agentes libres de un empleador, que si bien hay una reforma también laboral para incorporar a estas personas que trabajan en plataformas digitales para que reciban servicios de seguridad social, lo cierto es que, aun está en periodo de evaluación y habrá que ver cómo se implementa y sobre todo, cómo será la realidad con esa nueva obligación.

El otro golpe al empleo y a los derechos laborales fue la reforma de la subcontratación o denominada como “outsourcing”, impuesta particularmente por el nuevo tratado de libre comercio de América del Norte, pues si bien, con esa reforma del 23 de abril de 2021, muchos trabajadores regresaron con sus empleadores de origen, otros más tuvieron que crear sus propias empresas y trabajar de forma “independiente”.

Con esta nueva reforma que esta casi por aprobarse por las cámaras de diputados y senadores, para quedar bien con los organismos internacionales, con las calificadoras internacionales, con el propio tratado de libre comercio y de paso, principalmente, con Estados Unidos de América, es que, también será otro golpe a la economía nacional, pero sobre todo a la mediana, pequeña y micro empresas, esas son las que tienen el mayor número de trabajadores, y dependencia con el trabajo de las personas y no de las maquinas, es decir, como estos niveles de empresas y negocios no están tecnificados, son los que requieren de mayor número de personal, ese personal con el que cuentan es el Indispensable para operar, si a eso se le disminuyen las horas de trabajo a la semana, las consecuencias son funestas, muchos de ellos, cerraran porque están esperando el último pretexto para clavar el ataúd de esas micro y pequeñas empresas, otras más, vivirán en la ilicitud de tener que seguir como están, por la necesidad de ambas partes el patrón y el empleado, otras más implementarán otros modelos de trabajo, como es el caso del contrato cero horas, que pudiera configurarse en México, en donde lo que consiste es que solamente se contratará por las horas que se requiere a un trabajador y, en el momento, día, semana o quincena que se necesita, por ende, esto provocará aun mayor precariedad en el trabajo, de entrada perderán servicios de seguridad social, desde luego que de la misma forma, se perderán ingresos los propios trabajadores, menor estabilidad en el empleo, mayor informalidad, en fin, una serie de consecuencias inimaginables en la palestra de los legisladores, todo por consentir al sistema, por quedar bien con aquellos que están amenazando la continuidad de estos gobiernos.

Pero, lo que es una realidad es que estas medidas también van encaminadas a que muchas de las empresas se tecnifiquen que compren los sistemas necesarios para entrar a la tecnología, si bien no la de punta, si para que se conviertan en consumidores de esa tecnología, pues así como hay un exceso de mercancías en el mundo, hay un exceso de tecnología que no tiene clientes, que no tiene consumidores, se necesitan generar y estas medidas laborales son las mas atinadas para generar esos consumidores de tecnología.

En resumen, esta reforma laboral, así como muchas que se dieron en la administración pública federal anterior, están encaminadas a disminuir el personal productivo, los empleos, no hay capacidad para tantos y tantos derechos en las empresas mexicanas que las estadísticas incluso gubernamentales, sostienen que la mayoría de ellas son pymes, es decir pequeñas empresas que aun menos tienen capacidad de dotar de esos derechos, menos aun de sobrevivir con la competencia voraz de los grandes monopolios, por eso es que, entre más reformas laborales, es mayor la precariedad del trabajo. (Web: parmenasradio.org)

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