Junio: mes de los derechos humanos en México

Silvino Vergara Nava

“Hoy todos podemos ser adolescentes,

de la misma manera que todos podemos

ser mujeres, o todos podemos ser hombres,

o todos podemos ser lo que nos venga

en gana sin importar nada más

que nuestros deseos.”

Agustín Laje

Constitucionalmente bien que pudiera decirse que el mes de junio, puede ser nombrado como: “El mes de los derechos humanos en México”, pues a lo largo de los últimos años se han presentado reformas constitucionales que se han publicado en el diario oficial de la federación paradójicamente todas en el mes de junio y que versan sobre los derechos humanos.

Pudiéramos iniciar con la reforma del 18 de junio de 2008, en donde además de la reforma sobre los juicios orales en materia penal, se incursionó con la propuesta del principio de proporcionalidad en el campo jurídico, es decir, que las acciones y leyes del Estado, deben ser razonables y aplicables a cada caso concreto de forma adecuada y coherente.

Por su parte, la reforma del 6 de diciembre de 2011, que establece la obligatoriedad de que se creara una nueva ley de amparo, que es la que actualmente se encuentra vigente, desde abril de 2013, y que incorporó una serie de cambios necesarios para la mayor protección de los derechos de las personas.

Finalmente, la reforma constitucional del 10 de junio de 2011, que establece el reconocimiento de los derechos humanos en el sistema jurídico mexicano, lo cual fue una transformación esencial en la vida jurídica de nuestra nación, por ello, con estas tres reformas, se puede sostener que el mes de junio puede llamarse como: “El mes de los derechos humanos en México”.

Sin embargo, ¿qué hemos hecho con los derechos humanos?, ¿no será que se han quedado en la palestra?, es decir, que se encuentran en los debates políticos estancados, que los derechos humanos más elementales como el derecho a un debido proceso penal, no se cumple, pero si contamos con otros derechos humanos y una casi infinidad de generaciones de derechos humanos, que efectivamente se están, muchos de ellos, sobre todo los más básicos, quedando en la palestra de los políticos y no en los escritorios de los jueces y ministros para hacerlos exigibles.

Pareciera que el problema principal del discurso de los derechos humanos, no solo en México, sino en las políticas de las naciones del mundo occidental, es eso, que es un discurso, pero que se han impulsado una gran cantidad de derechos humanos en los sistemas jurídicos a modo, para un pensamiento único, una forma de cultura homogeneizada, muchas de las ocasiones en conveniencia de los grandes capitales mundiales, en pocas palabras, contamos con los derechos humanos, como un articulo más de consumo en esta sociedad consumista, que se limita a vivir del deseo de consumir.

Y, esto es lo que está sucediendo con los derechos humanos en la actualidad mundial, se han convertido no en derechos humanos, sino en deseos humanos, una serie de lineamientos aspiracionales para llegar a un supuesto mundo feliz.

La investigadora estadounidense Margarite A. Peeters, ha estudiado respecto a los derechos humanos que ella considera, como “nuevos derechos humanos”, y que si se analizan detenidamente, pareciera que más que derechos humanos, verdaderamente se trata de deseos humanos, cabe citar algunos de los que nombra la profesora: “Derecho a morir o derecho a elegir la forma de morir, El derecho a no nacer, El derecho la niño deseado (procreación asistida), Derecho a eliminar al que no es deseado (derecho al aborto), Derecho a elegir orientación sexual, Derecho a sentirse bien, Derecho al placer”, todos ellos y aun más, son estos derechos que desafortunadamente, son tan complejos que se han convertido no en derechos humanos, sino en: “deseos humanos”.

Pero, el problema de los derechos humanos y de esta cascada de ellos, no se queda en que cada día se vaya aumentando más el número de derechos humanos, sino que se vuelven sumamente complejos de cumplir por el Estado, es decir, se le está imponiendo obligaciones al Estado que por más capas y organizado que se encuentre, que por mas recursos económicos con que pueda disponer, son imposibles de cumplir, por su falta de claridad, pero sobre todo por resultar sumamente aspiracionistas, que se convierten por ello, en simples: “deseos humanos”.

Y aun hay otro problema mayor, que ante el cúmulo de derechos humanos que vamos sumando en la interpretación de las constituciones y en los tratados internacionales sobre la materia, es que, los derechos humanos más elementales, más básicos, pues esos se están olvidando, pasan a segundo termino, son relegados, por lo cual corremos el peligro de que nos quedemos propiamente sin derechos humanos, unos por ser deseos humanos, y otros porque apelando a estos nuevos derechos humanos, arrinconamos los derechos humanos primarios o los mas básicos, como son el derecho elemental a la libertad, el derecho básico de igualdad, el derecho al debido proceso, el derecho a la prohibición de penas inhumanas y de impuestos proporcionales, todo esto que era el inicio de estos derechos, desafortunadamente se están quedando en el olvido en los sistemas jurídicos de las naciones, así la realidad de estos derechos, en pleno mes de las reformas constitucionales icónicas sobre los derechos humanos en México. (Web: parmenasradio.org)

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