Silvino Vergara Nava
¿Qué queda de la verdad allí donde
la sobreinformación, la chatarra mediática
y la cacafonía digital generan un ruido
ensordecedor en el que es casi imposible
discriminar lo verdadero de lo falso?
Agustín Laje
Se le ha denominado “infocracia” al gobierno de la información, hoy lo importante es estar informado, es más, así como en los tiempos de la pre-modernidad era el millonario quien ostentaba grandes extensiones de tierra, hay que recordar que incluso, eran tan grandes las haciendas que dentro de ellas se encontraban una gran cantidad de pueblos y poblaciones, que precisamente el que ostentaba riqueza era quien contaba con esas extensiones de tierra. Después sucedió que, el que contaba con gran capacidad económica ya no era el que contaba con esas extensiones de tierra, sino que lo superaba el comerciante, quien contaba con las mercancías, es decir, los propietarios de las fabricas que procesaban los insumos, las materias primas y producían esas mercancías, disponían de escoger en que mercado los ponían a la venta, el precio, las condiciones de compra, etc., esas personas eran las que contaban con recursos económicos en exceso.
Pero, esto ya no es así, aquel que cuenta con gran capacidad económica en los tiempos de la post-modernidad, es quien esta mejor informado, el que sabe que acciones de empresas se están vendiendo en buen precio, quien conoce que oportunidad hay para comprar o vender tal o cual producto, inmueble, proyecto, etc.
Por ello es que, no se trata ahora de contar con grandes extensiones de tierra, pues eso no es suficiente, hay que poner a producirla y eso tampoco es nada fácil, menos contar con una fabrica, esto es lo más complicado, con tantas reformas laborales y restricciones ambientales, además de los altos costos impositivos, sin embargo, lo importante para hacer riqueza y hacer negocios es contar con información, por ello la “infrocracia”, el gobierno de la información.
Pero, esto tampoco es nada sencillo, pues la información no es simplemente recopilar datos estadísticas, números, etc., eso es lo de menos, cualquier puede recopilar toda esa información, es más en las oficinas de muchas empresas o bien, en las entidades gubernamentales, ya desde hace mucho tiempo, existen oficinas que se encargan de recopilar información para los titulares de los gobiernos o de las empresas, pero si esto es una labor solamente de recopilación de nada sirve, pues esta debe ser procesada para generar conocimiento, y esto es lo que hoy nos gobierna; el conocimiento, es decir la serie de información, datos, registros ya procesados.
Quien cuenta con conocimiento, entonces, cuenta con la capacidad de decidir que hacer con su dinero, su futuro, su tiempo, en qué invertir, qué llevar a cabo, es decir, es lo que nos hace pensar, pero hoy el propósito es que el ciudadano de a pie no piense, por eso es que el sistema lo pone a hacer una serie de acciones que le impiden contar con tiempo para pensar, o bien, trabaja arduamente las 24 horas del día, o en su caso, se divierte las mismas 24 horas del día, pero es tanto el trabajo o la diversión que no hay tiempo para nada más, menos aun para pensar.
El problema es que, no es nada fácil encontrar información, pues hoy lo que abunda no es la información, sino lo contrario; la des-información, es decir, es tanta la información en Internet, en las redes sociales, una gran cantidad de medios de comunicación oficiales y no oficiales, que cualquiera se puede perder en ese exceso de información, por ello se cae en la des-información.
Esa labor de la desinformación, es que muchas de esas noticias que circulan en los medios o bien, son repetitivas o simplemente, no sirven para nada, es decir, no son útiles para tener el verdadero conocimiento de las cosas, ya que nos llenan de la vida de los cantantes, de los deportistas de ocasión, de los torneos de cualquier deporte que nos entretiene, o bien de accidentes, problemas viales, asaltos, robos, conferencias de los políticos, es más, al respecto de estos, hace 30 años cuando se anunciaba que el presidente de la república iba a dar un anuncio, propiamente se paralizaba la actividad, porque se sabía que era de suma importancia, hoy eso se hace a diario y sin importancia alguna, todo eso es tan repetitivo que hace que el ciudadano este siempre disperso, o bien, espantado y miedoso de todo lo que sucede, por lo que prefiere “vivir a la defensiva” y entonces, no hacer nada, algunos otros, que son la mayoría, prefieren ya no interesarse de las cosas que suceden, de las noticias, de estar aparentemente informado. Hoy, hay un ambiente generalizado en que se prefiere no ver las noticias de tv, ni tampoco adquirir un periódico, menos una revista y mucho menos un libro, y esto influye en que cada día la ciudadanía este menos informada y con ello, tiene menos conocimiento de su realidad, de su entorno.
Y para rematar con la des-información, se desalienta rápidamente a quien desea contar con información convirtiéndola en muy compleja de entender, simplemente, basta con analizar las cuestiones económicas, como es el caso de entender un préstamo bancario, o como se calculan los impuestos, el aumento o disminución del valor de una acción de una empresa, también comprender por qué, si sube el valor de la moneda, disminuye el valor del oro y viceversa, etc.
Todo esto es una muestra de que al ciudadano de a pie se le pone una gran cantidad de barreras para que no tenga acceso a lo más importante de la actualidad la información y con esto el conocimiento, para no dimensionar su realidad, la esperanza de lo que viene.
Alguna vez, un presidente de nuestra nación, sostenía a los cuatro vientos que era preferible que las personas no se informaran, así no estaban preocupadas de lo que venía, es decir, simplemente había que alentar la des-información. (Web: parmenasradio.org)