Las políticas mundiales para no consumir vehículos

Silvino Vergara Nava

“La obediencia a la norma y

la “disciplina social” queda

asegurada por la seducción

de los bienes de consumo

más que por la coerción

del Estado y

las instituciones panópticas.”

Zygmunt Bauman

¿Quién no recuerda o leyó, respecto a la propaganda de la industria cigarrera en las décadas de los setenta y ochenta del siglo XX?, basta con recordar que el mayor número de comerciales en la televisión y radio eran de la industria cigarrera, todos los programas, series y películas ponían al actor principal fumando, y que decir de la mujer protagonista, su exhuberancia era en parte consumiendo un cigarro, es más, la formula 1, de las carreras de vehículos, eran auspiciadas por marcas de cigarros, sin embargo, eso se acabó.

En la década de los noventa del siglo pasado se implementó una gran cantidad de políticas públicas mundiales para fomentar lo contrario, esto es que no existan mas comerciales, propaganda de la industria del cigarro, al extremo que hoy, las tienda tienen prohibido tenerlo en exhibición, se puede vender pero sin exhibirlo, y respecto a la cultura general de la población, está muy mal visto que alguien este fumando en lugares públicos, oficinas, escuelas restaurantes, etc.

Es una buena ocasión como para reflexionar si esto mismo está pasando con el consumo de los vehículos, es decir las políticas públicas que se exigen a los estados y a sus gobernantes están encaminados sobre eso, des-estimular el consumo de los vehículos, ya que la industria del automóvil es la industria del capitalismo del pasado, es decir del capitalismo “clásico”, hoy estamos ante la presencia de un nuevo sistema capitalista, y muchas cosas circulan al rededor de que el consumo ya no sea de vehículos.

Es muy conocido que en Europa la gente, la mayoría de ella, circula y se transporta en servicios de transporte público, no en sus vehículos, porque resulta sumamente costoso estacionarlos, tanto en sus departamentos, casas y sobre todo en sus oficinas, talleres y fábricas, además, se ha incrementado instalar en las calles carriles de bicicletas, renta de estas, etc., en resumen, en Europa ya no caben los vehículos, incluso tienen restricciones de circulación en muchos sitios clásicos o de interés turístico, en consecuencia, los costos son muy altos, como para adquirir un vehículo y circularlo.

Si analizamos lo que ha sucedido en los últimos 20 años en México, es esa tendencia u obligación impuesta a los gobernantes por esas políticas públicas mundiales, llámense de derecha o izquierda, pues dicho sea de paso, ese calificativo era del siglo XIX, hoy todos son de derecha, el problema es que estos actuales gobernantes no se han enterado aun, y así, podemos observar que todo va en contra del uso del automóvil.

Y, es que si se recuerda en los inicios del siglo XXI, se instalaron los servicios de transporte en la ciudad de México denominado: “metrobus”, que acortó carriles de circulación de los vehículos, se puso en la mira de los ciudadanos que resultaba más rápido que transportarse en un vehiculo propio, a eso hay que adicionar que previamente se instaló el programa: “hoy no circula vehicular”, se siguió con las políticas públicas europeas de poner carriles exclusivos de bicicletas en las calles, eso reduce aun más el espacio de circulación de los vehículos, se aumentaron en las grandes ciudades las calles peatonales.

En otros lugares, se han ensanchado las banquetas, se han puesto tubos en estas para impedir estacionar los vehículos en la vía pública, además, se han impuesto una serie de gastos adicionales a los propietarios de vehículos, como es la ocurrencia de que cada seis meses hay que verificar los vehículos sobre sus condiciones de contaminación y ahora hasta revisan el aire de las llantas, se han impuesto en las ciudades a un grado desmedido e imprudente parquímetros, que provocan un costo muy elevado respecto al uso de los vehículos, es decir, se han impuesto una multiplicidad de trabas para complicar a los propietarios de los vehículos su uso, circulación y sobre todo su consumo, esto sin citar la cantidad de pagos de impuestos, derechos y demás, todo esto auspiciado por esas políticas públicas mundiales, que no es ocurrencia de algún político nacional, sería mucha presunción de que fuera propio de estos, es más, basta por observar cualquier calle de las ciudades latinoamericanas, norteamericanas y europeas, y todas son iguales, sus carriles de bicicletas, espacios reducidos para los vehículos, banquetas anchas, tubos puestos para pegarle a los coches e impedir su estacionamiento, y donde se pueden estacionar ¡parquímetros!. En el fondo, ¿por qué tanta insistencia contra el consumo de los vehículos, si es que este fue el éxito del primer capitalismo?, la respuesta es muy sencilla, hoy hay un segundo capitalismo el de las tecnologías de la información, que es el que está sobresaliendo sobre el capitalismo clásico, basta con observar que por arriba de las empresas de fabricación de vehículos, están las empresas propietarias de la tecnología de la información, estas son las que mandan, en realidad la batalla actual es entre dos capitalismos, el clásico y el de la tecnología de la información, esa guerra está en boga con las políticas publicas del presidente Trump, que está dando las ultimas batallas de defensa del capitalismo clásico contra el capitalismo tecnológico, y por cierto, ¿qué piensan nuestros gobernantes sobre esto?, ¿no se han dado cuenta que en nuestra nación dependemos del consumo de vehículos?, y resulta que estamos haciendo lo contrario. En fin, habrá que reflexionar sobre esta pregunta: ¿Para donde lleva a la humanidad este capitalismo tecnológico? (Web: parmenasradio.org)

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