Silvino Vergara Nava
“Hace ciento treinta años, después de
visitar el país de las maravillas,
Alicia se metió en un espejo para descubrir
el mundo al revés.
Si Alicia renaciera en nuestros días,
no necesitaría atravesar ningún espejo:
le bastaría con asomarse a la ventana.
Eduardo Galeano
(1940 – 2015)
No cabe duda que, para entender nuestra idiosincrasia, nuestra forma de ser, que aguantamos todo, pero repelamos de todo, que así como somos alegres, vivimos en la tristeza y soledad permanente, no hay más que leer el libro de Octavio Paz: “El laberinto de la Soledad”, (1950) pero, para entender que el mexicano es latinoamericano y sobre todo para comprendernos a nosotros mismos como parte de esta región tan amplia y deteriorada del mundo, nuestros comportamientos, la triste historia de Latinoamérica, la vida frente al país más poderoso del mundo, que permanentemente somos engañados por nuestros propios gobernantes, sea el partido que sea y no hacemos nada al respecto, más que ver el mundo al revés, es imprescindible leer toda la colección de libros de Eduardo Galeano.
Eduardo Galeano (3 de septiembre de 1940-13 de abril de 2015) fue escritor uruguayo, un país que no existía en el radar de la gente, hasta que surgió el primer mundial de fútbol, periodista, escritor de innumerables libros y ensayos, crítico de la economía, de la política, cronista, historiador, cuentista, excelente narrador en el campo de la ironía, que no llegó a la universidad, a la licenciatura, menos a una especialidad, maestría o doctorado, que es en donde muchos presumen llegar actualmente, aunque no aprendan nada en la aulas, y los que ostentan el titulo de doctor, menos aun escriben un párrafo publicable.
Este autor uruguayo, exiliado por voluntad y convicción de su país natal en los tiempos de los gobiernos represivos militares de derecha, no se imaginaría a diez años de su muerte, que hoy la represión y persecución policíaca y militar es con la diversión, el entretenimiento y con la distracción de cualquier tontería que hace que la gente no tenga ya tiempo para reclamar.
Galeano, siendo de pensamiento de izquierda, que incluso, un alto miembro del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional tuvo el nombre de: “Sub comandante Galeano”, precisamente, haciendo alusión a este extraordinario autor, hoy, estaría más que desilusionado viendo que, los partidos políticos de izquierda, son de derecha y aun más que, los propios partidos de derecha, exactamente lo que sostenía en su libro: “Patas arriba” (1998), un libro que describe nuestra vida contemporánea.
Eduardo Galeano no obtuvo el premio Nóbel de literatura, pudiera ser por falta de tiempo, ya que falleció hace diez años, o bien, por falta de voluntad política de quienes otorgan esa condecoración, pero no le hizo falta, pudiera ser que le haría más falta al premio haberle dado ese reconocimiento al autor que, al propio autor, pues, así como él, hay muchos que no lo lograron, más por falta de voluntad política desde Suecia que por la calidad de sus textos.
“Las venas abiertas de América latina”, (1971) es una narración desgarradora de lo que sucedió en Latinoamérica en los tiempos de la colonia, pudiera ser que no tan dramática y triste como la obra del olvidado Bartolomé de las Casas: “Brevísima relación de la destrucción de las indias” (1552), pero en esta narración moderna de lo sucedido, no hay más que destrucción, desilusión y entendimiento claro de nuestro comportamiento como habitantes de este planeta en el denominado: “Sur global”.
Frases del autor uruguayo hay a montones, como para poderlas meditar cada una de ellas: cita Galeano: “Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico a perder las cosas que tienen.”
Incluso, él recuerda en cada uno de sus libros a una serie de mujeres y hombres que se han olvidado en la historia y que hicieron demasiado para la humanidad, pero que no son parte de la historia monumental de las naciones, por eso han quedado en el olvido y en los libros de Galeano.
Este año cumple diez de su fallecimiento, bien que vale la pena recordarlo leyendo sus libros, ilustrándose, conociendo, que es la mejor forma de entender nuestro entorno, este mundo en donde estamos divididos entre blancos y negros, ricos y pobres (él, le denominaba: “el pobrerio”) los del norte y los del sur, pero, principalmente, entre los depredadores y los indiferentes, pues bien, ante toda esta vida dramática latinoamericana, alguna vez se le preguntó al profesor por un joven estudiante de a pie: ¿Para que servía la utopía?, y él le contesto: “para avanzar”. (Web: parmenasradio.org)