Silvino Vergara Nava
“Hemos perdido más de una cuarta parte de
nuestros empleos en la industria desde que se
aprobó el Tratado de Libre Comercio de América
del Norte (TLCAN) y hemos perdido 60.000
fábricas desde que China se unió a la Organización
Mundial del Comercio en 2001”.
Donald Trump
Presidente de EUA
29 de enero de 2020
En las estadísticas que están apareciendo ya del año de 2024, concretamente del mes de enero, sobresale una noticia desafortunada, en el sentido de que desaparecen 234,608 empleos en México, sin embargo, esta noticia no es otra cosa que, la consecuencia de lo que ya se venía visualizando para el futuro del empleo en México, que es uno de los temas que se han dejado abandonados por la actual administración pública federal en sus políticas públicas, en primer término, causado por el nuevo Tratado de Libre Comercio con los países del norte de América, por su parte, el aumento indiscriminado de derechos laborales, que en el campo de la mediana, pequeña y microempresa, no hay forma de que puedan sostener los empleos formales brindando esos derechos.
La pérdida de empleos en este pasado mes de enero de 2024, se presenta en la industria que surgió a lo largo de la década de los ochenta e inicios de los noventa del siglo XX: La industria de la maquila, en especial, la maquila textil, que en su tiempo, permitió concentrar una gran cantidad de mujeres y hombres en trabajos manuales, bodegas con más de mil trabajadores cociendo, ensamblado, etiquetando, empacando, cortando, lavando, etc., era el común denominador en esos tiempos, al grado de que las administraciones públicas federales de aquellos tiempos establecieron programas para facilitar la exportación de esos productos una vez ya terminados, tal es el caso de decretos en donde se permitió la importación temporal de maquinaria para que pudiera trabajarse la mercancía con esa maquinaria, sin el pago de los impuestos de importación con la condicionante que un gran porcentaje del producto elaborado se exportara.
Hoy, esa industria maquiladora se ha olvidado que transformó la actividad económica del país, dejando abandonado el campo mexicano, pues el salario estaba asegurado en las maquiladoras, claro que siempre hay excepciones, y no es el mismo trabajo que el campo, sobre todo que en el trabajo de la maquila hay un horario fijo, en algunas de ellas se brindaban los servicios de seguridad social y en el campo no lo hay, por ello es que, muchas poblaciones medianas y aun pequeñas vivieron durante algún tiempo de alguna maquiladora o un par de maquiladoras que se instalaban en esos sitios para contar con mano de obra barata, responsable, trabajadora y de buena calidad para confeccionar los trabajos de maquila textil, esas personas se transformaron en obreros dejando atrás la actividad campesina.
Sin embargo, lo que no se preveía era que, los propietarios de las maquiladoras corrían el riesgo permanente de contar con un solo cliente o un par de clientes, es decir, le trabajaban la maquila a una o dos marcas, normalmente extranjeras, concretamente de Estados Unidos de América, que eran los que veían con buenos ojos contar con las maquiladoras en México, por los precios con que se podía pagar, atendiendo a los bajos costos de los salarios, a los esquemas de evasión fiscal en
México, la nula regulación ambiental, así como la cercanía de la maquila con los consumidores, todo eso mejoraba los costos de los productos ensamblados y maquilados en México.
El riesgo de esas maquiladoras era alto en su estabilidad, pues contar con un cliente o un par de clientes, se estaba siempre en la tensión de que cambiaran estos de proveedor de maquila y optaran por un precio más bajo de otra maquiladora. A ese tipo de actividad económica es a lo que se denomina como: “Monopsonio”, esto es, que, se cuenta con un solo cliente, desafortunadamente, gran parte de las maquiladoras del territorio nacional fueron cerrando, ya que se fueron moviendo a China y a la India, que se convirtieron en las maquiladoras del mundo.
Las que aún sobreviven, que son muchas, después del nuevo tratado de libre comercio con los países de América del Norte que inició su vigencia el 1 de julio de 2020, están pasando por sus últimos momentos, se está haciendo inviable contar con cientos o miles de trabajadores en un taller, ya que la carga laboral cada día es más complicada para este tipo de giros, basta con analizar toda la serie de derechos que se han implementado a los trabajadores y no de forma gradual. Además, el precio del dólar, ya no es atractivo para los clientes extranjeros, por lo cual, para subsistir lo que sigue, es la invasión de la tecnología sobre ese tipo de trabajos manuales que representaban miles de empleos, tecnología que tiene sus propios problemas, el costo de esta y de la energía eléctrica en México. Por ello es que, la noticia de los 234,608 empleos que se perdieron en el mes de enero de 2024, era algo que se veía venir, lo peor de todo, son los otros desempleos que se vienen en los próximos meses. (Web: parmenasradio.org)