El resultado de la reforma a las outsourcing: Aumento de empleo informal

—Cuando lo ilícito es más fácil de hacer que lo lícito—

Silvino Vergara Nava

“32 millones de personas en México

trabajan en la informalidad.

El trabajo informal representa

el 55.4% del total de los empleos”.

INEGI

El día 23 de abril de 2023, con bombos y platillos, se hacía la publicación en el diario oficial de la federación de la reforma legislativa para acabar con las outsourcing y las denominadas: “Insourcing”, los más optimistas sostenían, desde la palestra política del país, que en México se estaban implementando medidas para respetar los derechos de los trabajadores, aquellos que han sido explotados por el paso del tiempo, pero que con esa reforma se acabarían las medidas de triangulación que hace el sector patronal, para dejar a los trabajadores sin prestaciones laborales.

Como siempre, existe el otro lado, el de los escépticos, que veían desde ese tiempo de la reforma, que se iba a tratar de una medida que lejos de beneficiar a la clase trabajadora, iba a suceder lo contrario, es decir, se iba a disminuir aún más los derechos de los trabajadores. La respuesta está muy clara y desde los datos oficiales del INEGI, hay más población empleada en el sector informal que, en la economía formal, por ende, la reforma fue un fracaso.

Y, es que para terminar con las outsourcing, no se siguió la regla de oro para legislar, como en muchas otras de las medidas legislativas que se implementan en México, esto es que: “Lo lícito sea más fácil de hacer que lo ilícito”, (Vergara Nava, Silvino, El derecho al revés, tomo I, Pármenas, Puebla, 2023) y aquí ha sucedido lo contrario, aquí lo que sucede es que: “Lo ilícito es más fácil de hacer que lo lícito.” El resultado es fehaciente, se generó un desbordamiento de personal contratado en las empresas outsourcing y resultó que, se tuvieron que colocar en la economía informal. Indudablemente, no se resolvió el problema de fondo, ahora resulta más grave, se está incentivando la economía informal.

Lo cierto es que el problema es de fondo, y no solamente se puede tapar con legislar, prohibiciones, multas, responsabilidades solidarias, como sucedió con esta reforma fiscal-laboral del 23 de abril de 2021. Lo que debe de suceder es que, se debe de analizar el problema desde su profundidad, y este también es muy sencillo; la realidad dice que, contar con trabajadores en la nómina es muy caro para cualquier patrón, aún más para las grandes empresas de inversión extranjera, que son las que provocaron en un inicio todos los esquemas de outsourcing que se presentaron en México, es más, el propio expresidente Trump y los miembros del partido republicano de Estados Unidos de América, sostenían que el tratado de libre comercio con México, que inició su vigencia en 1994, era un tratado de subcontratación, más que de libre comercio. Basta con leer el discurso de aquel presidente llevado a cabo el 29 de enero de 2021.

Si de verdad se pretendía acabar con las outsourcing y proteger los derechos laborales, esa medida implementada en 2021, no era la apropiada, el resultado está en los datos recientes del INEGI, es indudable que, lo que sucedió fue algo muy sencillo, se despidió por esas empresas a los trabajadores, en algunos de los casos se les dejó a su suerte, por eso esta estadística de INEGI de 2023, a otros más se les solicitó, y en algunos casos, se exigió a los trabajadores que se inscribieran en el SAT bajo el esquema de honorarios, por ende, dejaron de tener el carácter de empleados, es más, aprovechando la coyuntura del Covid-19, se les invitó al esquema home office que implementaron muchas empresas de inversión extranjera para disminuir los gastos y costos de sus operaciones en esas grandes oficinas corporativas.

Con otros empleados de esas outsourcing, se les invito-forzó, a crear sus propias “mini” empresa, es decir, constituir sociedades, que se inscribieran ante la Secretaria del Trabajo para obtener su registro de prestación de servicios especializados (REPSE, Registro de Patrones de Servicios Especializados), y con ello seguir prestando sus servicios en las empresas, lo que sucedió, para los que se presentaron con esa realidad es que, perdieron sus derechos laborales.

Así, la estadística, no fue otra cosa más que, el resultado de una reforma mal planteada y que su objetivo fue, como muchas otras más, cumplir con el compromiso internacional. Lo cierto es que, se rompió, una vez más, la regla de oro para legislar y por ello, esos resultados solamente comprueban que se ha legislado en México en los últimos años para que: “Lo ilícito sea más fácil de hacer que lo lícito”. (Web: parmenasradio.org)

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