Para pagar impuestos habrá que ponernos primero de acuerdo

Silvino Vergara Nava

“Se requiere urgentemente una

reorientación hacia una economía más

 decente, sostenida por principios éticos

Existen ganadores y perdedores

 con la globalización.

-La utilización de mano de obra

barata en los países en vías de

 desarrollo, no permite ningún

 efecto sostenido de desarrollo”.

Hans Kung

En los últimos tiempos, en México, se ha implementado una serie de planteamientos de “moral pública”, sosteniéndose que; son los malos los que no pagan impuestos, empezando por los malos empresarios, los malos profesionistas, los que cuentan con un oficio que no pagan impuesto, incluso, los artesanos y los pensionados, por ende, se ha sostenido la necesidad de que a las generaciones más jóvenes se les concientice respecto a la obligación que se tiene para pagar impuestos.

De un tiempo para la fecha, se ha insistido sobre la necesidad de que, en los organismos empresariales, en las cámaras de comercio, sindicatos, se concientice a los agremiados, socios, empleados, etc., para que valoren la importancia de pagar sus impuestos.

Los gobiernos estatales, municipales, y desde luego, el gobierno federal, han implementado desde hace algún tiempo una serie de programas, políticas públicas, a través de anuncios, de una serie de guías, etc., en donde, explican las bondades del pago de los impuestos, y que, por ello, es que resulta necesario pagar los impuestos. En fin, lo cierto es que, esa campaña ha perneado por todos lados, en donde, en resumen, se busca que la población verdaderamente pague sus impuestos.

El problema de toda esta serie de románticas propuestas de obligar a que las personas paguen los impuestos es que antes de esto, resulta necesario que nos pongamos de acuerdo, y eso significa que, si la idea es, por un lado, concientizar y, por otro lado, reprimir al que no paga los impuestos, porque esa parte no la debemos de perder de vista, a quien la autoridad fiscal observa que no paga impuestos, prácticamente lo dejan a la deriva, la legislación ha implementado que prácticamente lo dejen como un enemigo del sistema, revocar el sello digital, iniciar procedimientos de revisión, imponer multas, implementar, incluso, querellas en contra de la persona responsable por la comisión de delitos fiscales, por ende, las consecuencias también resultan muy graves, desde la propia ley, todo por el incumplimiento del pago de los impuestos.

Pero, para pagar los impuestos como se ha sostenido, pareciera que primero es necesario ponernos de acuerdo con las bases y las reglas impositivas, y es que de eso no nos hemos puesto de acuerdo, prueba de ello, la serie de amparos, medios de defensa, inconformidades, juicios que tienen los contribuyentes contra las autoridades fiscales, que muchas de esas instancias atienden a que se objetan las leyes, las reglas en que se sustentan esos impuestos, y que esos juicios se han convertido la única voz de los ciudadanos, pues los legisladores una vez que hacen sus brebajes para aprobar las leyes, finalmente, terminan aprobando lo que les parece adecuado a unos cuantos y, una vez que entra en vigor, es el momento en que el contribuyente tiene una pequeña voz, pero, tuvo que acudir a una instancia judicial para ello.

Por ello, primero habría que ponernos de acuerdo con las reglas que se han implementado para establecer los impuestos, porque es evidente que en el caso mexicano, las reglas están mal elaboradas, y no porque los legisladores se equivocaron, o bien, por alguna cuestión de técnica jurídica, que de suyo si existen muchos problemas, pero el principal problema no es ese, el problema estriba en el sistema económico que se ha implementado en México en los últimos tiempos, en donde uno es el que manda y el otro es el que intenta obedecer, que es el referente a los monopsonios, es decir, que la actividad económica del país está infectada de grandes monopolios que de acuerdo a su giro y actividad son los que fijan los precios a sus proveedores, estos se tienen que ajustar a lo que el cliente, le solicite, por ende, este debe de hacer lo mismo con sus propios proveedores, y esto repercute, por tanto, en una cadena indeterminable de personas, empresas, sociedades, etc., porque entonces todos tienen que ajustar sus precios a lo que el cliente principal exige, lo que lleva como consecuencia que para reducir esos costos, hay que despedir trabajadores, a otros más no se les inscribe en los servicios de seguridad social, se hacen reducciones de costos, con los impuestos, con la energía eléctrica, con los otros proveedores y con lo que se pueda, todo con la finalidad de mantener al cliente que es el que permite la subsistencia de la empresa, entonces, ¿a esta cadena de proveedores, se les puede exigir que paguen sus impuestos?

Por ello es que, antes de sostener que se paguen los impuestos, primero es necesario ponernos de acuerdo con las reglas de los mismos, que deben atenerse a lo que la realidad dicta, y que dista mucho de lo que se asume por las autoridades fiscales voraces al cobrar las contribuciones. Así, ¿para pagar los impuestos, no habrá que ponernos primero de acuerdo? (Web: parmenasradio.org)

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