Silvino Vergara Nava
“La especie humana se enfrenta a
dos amenazas graves: la guerra
nuclear y la catástrofe ambiental.
Ambas son consecuencia del
mismo problema fundamental:
la incapacidad de nuestras
instituciones sociales
para controlar el poder.”
Noam Chomsky
De acuerdo a los datos de las instituciones oficiales en el mundo, la población es de aproximadamente 8,200 millones de habitantes en 2025, que se concentran principalmente en la India y China, siendo los países más poblados del planeta, son de los países más contaminados.
En las estadísticas de las ciudades más contaminadas del mundo se encuentran varias ciudades de aquellos dos países, también es en donde se concentra gran parte de la producción de mercancías en el mundo, basta con recordar que en la década de los noventa del siglo XX, las maquiladoras textiles que se encontraban en diversas ciudades de México huyeron a China, por contar con mejores condiciones para operar, claro que dentro de esas mejores condiciones para trabajar, se encuentran los impuestos bajos, los pocos derechos laborales que hay que cumplir, pero también se incluye como atractivo para las empresas mundiales, la ausencia de regulaciones ambientales, lo que disminuye el costo de producción de las mercancías enormemente, y es en parte, por lo que ha sido muy competitivo todos los productos provenientes de Asia, particularmente de China y de la India, la permisión para contaminar.
Es tan elevada la contaminación en esos países, que basta con recordar que, el maratón de Bejing de 2014, que se debió de cancelar por los altos niveles de contaminación, resulta que se llevó a cabo y muchos de los participantes desertaron, precisamente por la contaminación y otros más corrieron con mascarillas, lo que es una muestra de esos altos niveles de contaminación.
El famoso cambio climático, los cambios constantes de temperaturas, el calentamiento global, la emisión de gases contaminantes, el efecto invernadero, todos esos términos se nos hacen tan cotidianos, pero pareciera que nadie hace nada al respecto de esa descomposición gradual del medio ambiente.
Y es que; pareciera que todos los esfuerzos que se han acordado por las naciones para evitar el incremento excesivo de la contaminación del planeta se quedan en simples discursos y en proyectos que nunca se materializan o bien, se complementan, en tanto, sigue avanzando la descomposición del medio ambiente en el mundo, al grado de que muchos de los científicos, han sostenido que se llegará en un momento que sea inhabitable el planeta, cuando es evidente que ya hay ciudades inhabitables, o bien, que se han acostumbrado sus poblaciones a vivir en condiciones precarias, como es el caso de no estar tanto tiempo en las calles, o en su caso, contar con ciertos malestares que ya se hacen cotidianos por la alta contaminación.
Posiblemente, uno de los problemas centrales, es que se pretende imponer medidas y cambios espectaculares que no se pueden cumplir, salvo en ciertos casos, y en países en donde se concientiza el problema de la contaminación y el riesgo de mayores daños, tal es el caso de Alemania que, con la experiencia de lo que sucedió en Japón con la explosión de una planta nuclear, determinó cerrar todas las plantas nucleares de energía en su país, y finalmente, si lo cumplió, pero esto no es posible para muchas naciones, por muchas de las razones entre las que se encuentran la económica y la voluntad política de sus gobernantes, ya que todas esas medidas son a largo plazo, y a los gobernantes lo que les interesa son las medidas a corto plazo, que son las que dan resultados electorales.
Pero, por presiones internacionales, o con los simples buenos propósitos de algunos gobernantes, lo que se busca en la legislación administrativa, que dicho sea de paso, es un desastre, simplemente porque existiendo tres niveles de gobierno, en nuestro sistema mexicano, no hay una delimitación clara, en cuanto a que le corresponde regular a los municipios, que corresponde a las entidades federativas y cual es la materia de la federación, ya partiendo de ese problema que es muy grave, se imponen medidas a veces duplicadas por los diversos nivele de gobierno, o en su caso, tan complicadas de cumplir, que finalmente nadie las acata y esto solamente da como consecuencia el crecimiento de la corrupción.
Y, últimamente, por presiones internacionales, a las que le denominan recomendaciones de los organismos internacionales, pretender implementar impuestos estatales ambientales, bajo la regla de oro de: “paga más el que contamina más”, y “paga menos el que contamina menos”, que al final si bien son buenos propósitos, lo cierto es que la industria mexicana, que es familiar en la generalidad, no cuenta con la capacidad de cumplir con el pago del impuesto, menos aun con tratar de establecer mejores procesos para disminuir la contaminación en sus procesos de producción.
Lo que si se puede implementar, por lo menos, son pequeñas regulaciones jurídicas que se han dejado pasar, pretendiendo en cambio imponer medidas espectaculares, que al final no se materializan, tal es el caso de mejorar la circulación vehicular, que basta con sincronizar semáforos, evitar los cuellos de botella, por ejemplo, dejar esa tendencia de reducir los carriles vehiculares en aquellas calles y avenidas en donde no se puede instalar un paso de ciclistas por las propias características de esas calles y avenidas, desde luego que educar a la población es una de las medidas más apropiadas y de hacer ver la importancia del cuidado del planeta, pero el que se implementen medidas menos complicadas de cumplir por el ciudadano de a pie, lo que hace es que efectivamente se cumplan, por lo menos, con eso se deja de contaminar, en pocas palabras se deja de pudrir el plantea.
(Web: parmenasradio.org)