Silvino Vergara Nava
“Tampoco creo que los líderes políticos estén a la altura, no los que
hay ahora. Pienso que ellos están fundamentalmente escuchando
a las poderosas fuerzas económicas de la sociedad y nada más”.
Noam Chomsky
Cada día se ve con más claridad la constante de los divorcios, los matrimonios cada día son menos duraderos, son más temporales y pasajeros, las estadísticas sostienen que aumentan los divorcios en el mundo occidental, el promedio de los divorcios es excesivo, en resumen, vivimos en temporada de divorcios.
Y la política y la economía no son la excepción, en estos tiempos que está el reloj en conteo rápido para finalizar esta administración pública federal, se observa con toda claridad como las políticas públicas hacen una cosa y la economía está, por otro lado, es decir, se ha caído en un divorcio entre la política y la economía.
Si se analiza lo que sucede en la política, poco se hace para mantener la economía del país como se encuentra actualmente, los que saben sostienen que el gasto corriente aumento fenomenalmente en esta administración pública federal, el presupuesto alcanza para lo indispensable, todo está ya repartido y, por ende, poco margen de acción se tiene con estos presupuestos, como sucede con el que se aprobó recientemente para el año de 2024.
Pero, para demostrar ese divorcio entre economía y política, es decir, que cada uno ha emprendido sus caminos por sentidos diversos, en el caso de la economía, particularmente, la macroeconomía sigue creciendo, con este fenómeno regional denominado nearshoring, está permitiendo que se acomoden en el país varias industrias que en su momento se encontraban en China particularmente, y desde luego, la India que en las últimas noticias se ha informado del grado de contaminación tan alto que se tiene, que se está volviendo inviable, ya no solamente los negocios, sino la supervivencia humana.
Esos sucesos provocan que exista una derrama economía en el país, a eso hay que adicionar que prácticamente cada mes se rompe el récord de dinero enviado por mexicanos del extranjero a sus familias ubicadas en el territorio nacional, lo cual provoca también un beneficio en la estabilidad económica del país. Pero, todo esto se presenta por situaciones externas, el caso del nearshoring es un fenómeno externo a lo que se hace en México para fomentar la economía, lo mismo sucede con las remesas, que se trata del trabajo arduo de millones de mexicanos en el extranjero y, a eso habría que adicionar el que se ha incrementado el turismo de extranjeros a México, esto a pesar de lo que se está observando con la inseguridad pública, prácticamente, en todo el territorio nacional.
Por el otro lado, desde la política poco se puede decir que ha servido para impulsar la economía nacional, en primer lugar, con el COVID, no se hizo nada o prácticamente nada, a cada ciudadano se le dejó a su suerte, y que decir de las empresas, es más, ahora la autoridad fiscal tomó la ocurrencia de fiscalizar el ejercicio fiscal de 2020, como si hubiera razón para fiscalizar ese ejercicio fiscal del desastre total. Hasta moralmente es incorrecto que la autoridad fiscal se dedique a revisar ese año.
En la política, observamos como no hay forma en parar la inseguridad pública, se observan ya casos hasta grotescos de lo que está sucediendo con la delincuencia organizada, por su parte, poco interés se hace a los problemas más graves y actuales, como es el caso del desastre natural en Acapulco, los problemas de movilidad por todo el territorio nacional, la incapacidad de dialogar con la oposición, los problemas en el sector salud, el problema tan grave migratorio que se vive día a día. Tantos problemas que se han generado en el país en los últimos tiempos que, no están considerados por las políticas públicas.
Es evidente que, ese divorcio tiene atrás una razón muy clara, la economía es global, se maneja por intereses extraterritoriales, en cambio, la política sigue siendo local, depende de los estados-nación, que no tienen ya mucha influencia en la economía porque los ha rebasado. Pero, eso no significa que se debe de hacer algún mejor esfuerzo al respecto, sin embargo, lo que es un hecho es que, estamos en temporada de divorcios entre la política y la economía, en donde, como sucede en los matrimonios, afectan a los hijos. En este caso, el divorcio entre política y economía, el afectado es el ciudadano de a pie. (Web: parmenasradio.org)