Silvino Vergara Nava
“El indiferente, al no elegir elige lo que hay.
Su renuncia a tomar partido lo convierte en una
adhesión vergonzante al partido de la conservación.”
Diego Fusaro
Son tantos los problemas cotidianos del ciudadano de a pie, es decir, aquel que debe de despertar de madrugada, que rutinariamente trabaja seis días a la semana, más de ocho horas diarias, en un taller, en una oficina, en una fábrica o en un centro comercial o local comercial, que ya no tiene tiempo, ni depara en pensar en todos los problemas que tiene encima, pareciera a veces, que son tantos los problemas, que no hay por donde empezar, en tanto, los medios de comunicación, se encargan de “no” comunicar sobre esos problemas diarios.
Hoy, por ejemplo, se entretienen en simples nimiedades o en su caso, lo que haga o deje de hacer el presidente de Estados Unidos de América, que está aproximadamente a 3,760 kilómetros de distancia, cuando en la cercanía están los verdaderos problemas y la ausencia de noticias al respecto.
Y es que, la inseguridad pública, de paso la jurídica, los asaltos, desapariciones, homicidios dolosos, además de estar ante la expectativa del día en que las empresas propiedad de mexicanos cierren sus puertas, ante la impotencia de competir con las grandes corporaciones económicas transnacionales, resulta que, se deja al último, por ejemplo, uno de esos problemas más cotidianos que es la ausencia de suministro de agua potable.
Si se pudiera hacer una especie de encuesta con la población, sería contundente observar que es un problema común la carestía de suministro de agua potable, miles de ciudadanos viven de los servicios de pipas, otros de la simple caridad de que, algún día de la semana, cuenten con suministro de agua.
Pareciera que últimamente, no hay quien se libere de ese problema, lo cual no es una noticia de los medios de comunicación, sino una noticia que corre por las calles de la ciudad y de la que formalmente nadie dice nada, como si el servicio del agua estuviera como en Dinamarca o alguna de esas naciones europeas, a esa pasividad en los medios y desde luego, en la ciudadana, esa ausencia de reclamos jurídicos, de peticiones formuladas, se le llama: “resilencia”, que es el comportamiento actual y de moda de cualquier ser humano.
Hoy, con tantas limitaciones a los verdaderos derechos de los gobernados, como son los derechos de libertad o bien, el simple suministro de agua potable, y no aquellos aparentes derechos que se han convertido en simples “deseos humanos”, es que se ha puesto de moda esa palabra: “resilencia”, que significa, apropiadamente, enfrentar los cambios y adaptarse a ellos, pero no exigir, ni luchar por la regresión de esas medidas que van minando los derechos poco a poco.
Esto es lo que está sucediendo con la población actualmente, nos adaptamos a lo que viene, a veces más impuestos, en otras ocasiones más vigilancia como es el deber de mostrar a las instituciones del Estado nuestras caras y huellas, en otras ocasiones, soportar absurdos parquímetros, y hasta llegar a permitir que se limite al máximo el servicio de suministro de agua potable, peor aun, por organismos que no son autoridades legalmente establecidas, y que pretenden justificar su ineficacia con rifas, sorteos y descuentos de un servicio que de todas formas debería de contar con descuentos permanentes por la ausencia de suministro de agua potable.
Pero, cuando un usuario deja de pagar el servicio de agua potable, como no son autoridad estos organismos particulares, como no pueden llevar a cabo procedimientos de cobro como autoridades fiscales, entonces, lo que se les ocurre es que, sin autorización alguna, sin mandamiento por escrito, acuden a cobrar el servicio de agua potable a los deudores y lo que hacen es que ante la negativa de pago o en su caso, la ausencia de respuesta, se dedican a romper banquetas para cerrar el pase del suministro de agua potable, con el argumento de que lo único que hicieron fue impedir el uso del drenaje, que a decir de esos organismos, es distinto al suministro de agua potable, del cual como es un derecho constitucional no pueden bloquearlo, cuando es absurdo que no sean ambos en forma conjunta los que se deban de considerar como el servicio de suministro de agua potable, sin embargo, dejan cerrado el paso de ambos, adicionalmente a que, destruyen la banqueta y lo que esta por el paso, total, hoy hay muchas colonias que están semi-destruidas por este organismo que está dejando las calles como queso gruyere.
Así, viviendo ante esa impunidad de las grandes empresas, porque solamente pueden dar esos servicios las corporaciones, de las cuales al tratarse de un monopolio, no se conoce quienes son los propietarios de carne y hueso, el origen de estos, su nacionalidad, y menos aun, cuales son sus ganancias, ante esa falta de trasparencia con que actúan, aparecen los medios de comunicación poniendo a los cuatro vientos, la actitud ideal del actual ciudadano de a pie: “la resilencia”, es decir, adaptarse a que no tenga servicio de suministro de agua potable, que se las arregle como pueda, pero que no se queje, no se oponga, total esa es la actitud más actual de la que hay que vivir, es decir, vivir en la indiferencia, ya no de lo que pasa alrededor, sino de lo que pasa en el día a día a uno mismo.
Con esa resilencia, con esos aparatos de los medios de comunicación masiva, con esa idea flotando de la resilencia, es que llegamos a aceptar absurdo como el slogan de “Agua para todos”, cuando en realidad es: “agua para nadie”. (Web: parmenasradio.org)