Desafíos fiscales en tiempos de incertidumbre

Dr. Silvino Vergara Nava

«[…] requerimos urgentemente legisladores responsables en su función y en su elección, que, por lo menos, se dediquen a leer lo que están votando y autorizando; pues la raíz del desastre que ha provocado […] es precisamente, la pésima legislación respecto de la cual los legisladores son los más responsables, pero los menos indignados».

 De «Un mundo sin indignados».

Desafíos fiscales en tiempos de incertidumbre (Pármenas y PaideiaMx, Puebla, 2021) se trata de una serie de ensayos sobre políticas tributarias, derecho procedimental-fiscal y la eficiencia de los derechos fundamentales. Ensayos que inician con el título «Un mundo sin indignados», cuyo subtítulo es «un derecho procedimental-fiscal indignado» para recordar que este año de 2021 se han cumplido diez de aquel movimiento social iniciado en España y que, después, recorrió todo el mediterráneo hasta llegar, incluso, a Latinoamérica. Movimiento que versaba sobre las exigencias de jóvenes en boga de un mundo mejor, de naciones más democráticas y para reclamar un límite a los poderes mundiales, particularmente, a las empresas del sistema financiero mundial. Desafortunadamente, esas pretensiones se fueron diluyendo con el paso de los años; quizá mucho tenga que ver la pandemia, que está atravesándose por dos conmemoraciones mundiales o, por lo menos, del mundo occidental: la del referido décimo aniversario del movimiento de los indignados y los 20 años de la caída de las Torres Gemelas, dos eventos mundiales, que han modificado a las naciones y a sus sistemas jurídicos.

Sin embargo, ¿qué relación tienen estos sucesos con el derecho procedimental-fiscal? En primer término, el derecho procedimental-fiscal o, como algunos en la academia también lo denominan, derecho procesal-fiscal regula la relación que se presenta permanentemente entre contribuyentes y autoridades fiscales; esto es, las notificaciones, revisiones, visitas, inspecciones, etc., son reguladas por esa rama del derecho fiscal; que, en los últimos 20 años, ha contado con tantas y tantas reformas, que, lejos de ser para una mayor presencia de los derechos fundamentales de los contribuyentes, han permitido una serie de facultades para las autoridades tributarias haciendo, a su vez, que éstas vean a los contribuyentes como enemigos más que como seres humanos que forman parte de una nación, por ello es que con esos cambios en la legislación, bien se puede sostener que el derecho procedimental-fiscal se encuentra indignado.

El capitulado de Desafíos fiscales en tiempos de incertidumbre habla de cómo se han ido perdiendo los derechos de los contribuyentes con cada reforma fiscal que se presenta año con año, sea del gobierno que sea; a grado tal que esa transformación legislativa parece ser parte de las políticas públicas, sin que los propios legisladores hagan algo al respecto; por el contrario, tal parece que sólo les basta con aprobar esas iniciativas de ley.

Dentro de este capitulado, podemos cerciorarnos de que el sistema jurídico está diseñado para que los diputados y senadores no tengan tiempo más que, precisamente, para aprobar esas iniciativas de ley; por ende, estos no tienen tiempo de leer, porque los plazos legales para aprobar las reformas fiscales son muy cortos. Además, sus prioridades están, en parte, en hacer política, ahora, más que nunca, para buscar una reelección. Por ello, muchas veces, las reformas son aprobadas sin siquiera ser leídas. Los ciudadanos bien podríamos exigir en las elecciones que los diputados y senadores se comprometan a leer.

En Desafíos fiscales en tiempos de incertidumbre se alude, también, a que, precisamente, vivimos en tiempos de verdadera incertidumbre; no solamente por la pandemia, sino (apartándonos incluso de ella) por crisis económicas recurrentes, devaluaciones, desempleo, falta de oportunidades, migración laboral, etc. Ahora bien, la materia fiscal no es la excepción: hay invitaciones verbales y escritas de las autoridades sin plazos previstos en ley, amplias atribuciones discrecionales de las autoridades fiscales, leyes laxas para que las autoridades ejerzan sus atribuciones, pero estrictas para los medios de defensa y los procedimientos para los contribuyentes. Por ello, el título de la obra versa sobre la necesidad de exigir mayor seguridad jurídica, porque es el único camino para acabar con la inseguridad pública, y esto es parte, también, del apéndice de esta obra.

Finalmente, hay un ultílogo, que solía ser usado en los libros antiguos, el cual se titula «No estamos dispuestos a leer»; pues pareciera que, en estos tiempos, a estas nuevas generaciones e, incluso, a las más avanzadas se les ha inculcado sustituir la lectura por las imágenes; lo cual está provocando un fenómeno de ciudadanos autómatas, que, en lugar de argumentar, discute; en lugar de exigir, reclama. Comportamientos suficientes para criminalizar las exigencias a nuestros gobernantes. No estar dispuesto a leer tiene como muestra palpable lo que sucede con las aprobaciones de las reformas fiscales, que gran cantidad de legisladores no las leen; además, también está la falta de interés de gran parte de la población en leer y desafortunadamente, adquirir un libro. (Web: parmenasradio.org).

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