¡Está prohibido vivir en Puebla!

-Sobre el pago de derechos de consumo de agua-

Silvino Vergara Nava

“La tecnología sin duda crece y se multiplica,

y, sin embargo, ¿Qué ocurre con el otro lado de la

balanza, con la plenitud de las personas?

Ese supuesto mundo futuro en el que

la tecnología tiene prioridad sobre la vida y

 los algoritmos y los datos, sobre la conciencia

y el sentido común”.

Jordi Pigem

Estamos a finales de 2022 y aparecen las primeras sorpresas respecto a lo que nos espera para el año de 2023: El costo de los derechos por consumo de agua en el municipio de Puebla. Los economistas sostienen que será 2023, un año muy complicado por la recesión que se avecina, causada a nivel mundial, debido a que con la pandemia las políticas mundiales de haber recluido a la población en sus casas y aislarlas, provocó parar la economía, la necesidad de mantener salarios, ingresos y con ello la subsistencia mínima de las personas, lo que se hizo fue la misma táctica que se hacia en México en las décadas de los setenta y ochenta del siglo pasado; imprimir más billetes y monedas, para que se dieran apoyos por los gobiernos responsables a las empresas, negocios, patrones, etc., para mantener a la población confinada. Los efectos de esta medida se están viendo en la actualidad a nivel mundial y ahora en este 2023 que se avecina.

Pero, en México no hubo ayuda de ningún nivel de gobierno, si acaso despensas por allí a la población y a cuentagotas. Fuera de eso, no hubo ninguna ayuda, menos aun a las empresas, porque a decir del titular de la administración pública federal: “No es prudente”, sin teoría, ni escuela alguna que lo sustente.

Lo cierto es que, la crisis que se pudo esquivar por muchos en plenos tiempos de confinamiento, ahora hay que afrontarlo y que los sobrevivientes se las arreglen como puedan, pues no hay nivel de gobierno alguno en la nación que tenga la posibilidad de ayudar.

Y, la prueba se encuentra en el incremento desmesurado, desproporcional de los derechos de consumo de agua para el municipio de Puebla. Basta con observar las cuentas alegres que se envían a los propietarios de los inmuebles de este vituperado municipio de Puebla como para constatar que el incremento es hasta de 100%, con el argumento del pago anual, pues se hace ese incremento desmedido, y sobre todo, sin la mínima juridicidad al respecto, pues el que  una empresa privada sea la cobradora de derechos de un servicio público y, sobre todo que, por medo de un celular mande esa empresa un mensaje para indicar el monto del pago del servicio de agua para el año de 2023, no es otra cosa más que: “nos ha alcanzado el totalitarismo digital”, donde los seres humanos somos solamente consumidores y pagadores de lo que se requiera y se le ocurra al sistema.

Han quedado atrás los tiempos en donde había juridicidad, por ende, las autoridades, no una empresa privada, en esos tiempos enviaban una boleta con los fundamentos y motivos para determinar el cálculo del pago de algún derecho. Hoy, ya no es así, los tiempos son de cobrar a como de lugar, ha llegado el momento posterior del Estado de derecho, estamos entrando desde hace algún tiempo al totalitarismo digital, que ha abandonado cualquier concepción del viejo Estado de derecho y de visualizar a los ciudadanos como titulares de derechos y obligaciones.

Pero, ¿Dónde están los tribunales, los juzgados, prestos para impedir injusticias? Sencillamente, apelando al error del justiciable, es decir, de aquel que requiere que se administre justicia, sobre todo con esos atropellos que nos ocupan. Y es que esas instancias judiciales apelan al error del ciudadano que acude a exigir justicia, porque para impartir justicia son meticulosos y minuciosos en analizar cada detalle de la procedencia del medio de defensa para que en la primera oportunidad se desechen con cualquier pretexto y se niega la procedencia de ese medio de defensa y el particular quede desamparado y como consecuencia esos tribunales se justifican porque brindan seguridad justicia a alguien, pero que desde luego no es al ciudadano de a pie.

Verdaderamente nos ha llegado el momento del “Estado digitalizado”. Un estado que ya no es el Estado de Derecho, en donde había forma aun de intervenir, de dialogar, de ver a alguien, de la mano humana, de la ventanilla de quien atiende al usuario, hoy las cosas son distintas, hoy es el sistema, es el WhatsApp, es la tecnología de la información la que por esa “bendición” le permite al Estado deslindarse de las arbitrariedades y justificar sus atropellos con el “sistema”, un ente que no tiene vida y que es el responsable de todo, pero, que no hay forma de oponerse a él, eso dejó la pandemia, además de las muertes, de las enfermedades, de los ciudadanos mermados, eso dejó y está dejando abandonar el Estado de derecho y darnos la bienvenida al Estado digital, al totalitarismo tecnológico y que, en no muy largo tiempo lo que sucederá es que, ni los propios creadores de esta perversidad tecnológica podrán detenerlo. Por lo pronto ya se estacionó en Puebla, un lugar donde con esos incrementos en el pago de derecho por consumo de agua: Está prohibido vivir. (Web: parmenasradio.org)

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