Gestión de negocios no es lo mismo que mensajero

—Atento recordatorio al peor IMSS de todos los tiempos—

Silvino Vergara Nava

“Una sociedad está bien gobernada cuando

resiste el paso de malos gobernantes”.

Daniel Innerarity

¡Nunca peor que ahora!, esa es la característica de este Estado de no-Derecho en que se vive todos los días en este México del desinterés ciudadano. En tanto, los políticos están preocupados por las candidaturas presidenciales, la burocracia se preocupa por no trabajar, por hacer el mínimo esfuerzo para llegar a la siguiente quincena, al siguiente periodo vacacional, al siguiente periodo de bonos de “improductividad”, y de paso, por allí pellizcar algo por la vía de la corrupción.

¡Nunca tanta corrupción como ahora!, eso es un hecho notorio, que jurídicamente no es necesario probar, la corrupción se desbordó con esta administración pública federal, que, para los teóricos del mundo contemporáneo, sostienen que esta corrupción es proveniente de este capitalismo depredador y financiero. Pero, si estos que ahora nos gobiernan supuestamente iban a contener y acabar con ese capitalismo depredador, denominando neo-liberalismo, se supone que debió de extinguir, demoler, acabar y triturar la corrupción, por el contrario; la multiplicó. Hasta las redes sociales sirven para corromper, ofrecen servicios subterráneos, los propios servidores públicos, que en tanto están sentados en un escritorio: Requiriendo lo requerido, negando lo procedente, rechazando trámites, por debajo de ese escritorio sus dispositivos electrónicos están ofreciendo los servicios para resolver el problema que ellos mismos están causando, bajo el auspicio de leyes, reglamentos, reglas de carácter general, criterios no vinculativos que les otorgan la discrecionalidad, hasta de robar y corromperse, pero eso sí, sujetándose estrictamente a la discrecionalidad que les otorga la ley.

Dentro de esa corrupción que vivimos está el contratar personal incompetente para las funciones públicas, y que mejor ejemplo que la administración pública federal actual. Si algunos nos quejamos de los tiempos del presidente V. Fox, por la incompetencia de los funcionarios de segundo y tercer nivel, esto de ahora no tiene comparación alguna, desde luego que, aún falta ver que viene en el futuro que, sin lugar a dudas, podemos empeorar.

Pero, en el caso de los funcionarios de la administración pública federal, particularmente del alicaído Instituto Mexicano de Seguridad Social, que se le ha cargado tanto trabajo y funciones por el titular de la administración pública federal actual, que se ha vuelto una institución bastante ineficaz, inoperante, insuficiente, inservible y, no solamente en los servicios médicos, de los cuales el mejor ejemplo son las noticias trasmitidas todas las noches que hablan de sus incompetencias médicas, que no son causadas por los médicos, enfermeros, enfermeras, equipo médico en general, sino por la burocracia que los rodea, por sus órganos operativos que provocan que los médicos, enfermeras y demás personal médico tengan que hacer lo imposible por atender a una gran cantidad de personas que se vuelve humanamente imposible. Pero, eso no es todo, construcciones de clínicas mal diseñadas, instalaciones sin mantenimiento, muertes por accidentes provocados por no pagar mantenimientos adecuados, corrupción en el suministro de equipos, insumos, etc. lo cual no es otra cosa que incapacidad para administrar, improvisación y de paso corrupción por los miles de personas que conforman el personal administrativo de ese Instituto, por eso es que: ¡nunca peor que ahora!

Y, dentro de ello, están las funciones jurídicas de ese demacrado instituto, que en algunos tiempos por sus pésimos servicios el pueblo “bueno” les denominaba a sus siglas “IMSS”: “Importa Madres su Salud”. Bueno, esto ya está muy rebasado por la realidad, tampoco le importa a esa burocracia que lo conforma el Estado de derecho y las leyes.

Particularmente, se ha propagado en las oficinas del Instituto Mexicano de Seguridad Social, con ese afán de no trabajar, y con todo el dolo, confundir aparente y absurdamente, la figura de la gestión de negocios que, efectivamente, está prohibida en materia fiscal, de acuerdo con el artículo 19 del Código Fiscal de la Federación con aquel sujeto que es mensajero y que acude a una oficina a presentar una simple promoción de un gobernado y que se encuentra firmada por quien ostenta la personalidad para representar a quien está formulando la petición.

La gestión de negocios, consiste en representar a un tercero sin su autorización, por ende, esto es lo que se encuentra prohibido, ahora bien, si toda promoción en este caso de un patrón se debe de presentar por escrito, por así señalarlo el propio artículo 8 de la Constitución, es evidente que, ese escrito debe estar firmado por quien legalmente ostenta el poder de esa persona, la cual es distinta a quien simplemente en su calidad de mensajero, acude a presentar la promoción, lo cual no está prohibido.

Sin embargo, en este tiempo, en donde el estado no es de derecho y las autoridades hacen lo que quieren, resulta que no se reciben las promociones, si es que, estas no las presenta el propio representante del patrón, es decir, debe de acudir el propio representante del patrón a oficialía de partes a presentar su promoción, lo cual es lo más absurdo a lo que se ha llegado para justificar el denegar el derecho de petición al gobernado.

Desde luego, esto sucedía desde las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado y parecía que ya se había superado, sin embargo, penosamente en pleno siglo XXI, eso no es así, en muchas de las oficinas del Instituto Mexicano de Seguridad Social, con el interés de no trabajar y desde luego, de fomentar la corrupción. Además de que, los directivos de este instituto no conocen de la realidad de lo que sucede en las oficialías de partes, por lo cual no asumen la responsabilidad de resolver este penoso problema de confundir al gestor de negocios con el mensajero.

A ese nivel se encuentra nuestra nación, por eso está muy claro lo que pasa en el Instituto Mexicano de Seguridad Social, muertos por accidentes, edificios a punto de colapsar, pacientes mal atendiendo, incorrecta asistencia médica, falta de medicamentos, toda una invitación para que se acuda con muchos esfuerzos por los derechohabientes a la iniciativa privada para seguir sus atenciones médicas. Quien diría que la administración pública federal, con aparente mayor tendencia en políticas públicas de izquierda en nuestra nación, está abriendo las puertas de par en par a la iniciativa privada en el sector salud. (Web: parmenasradio.org)

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