Dr. Silvino Vergara Nava
“ARTÍCULO PRIMERO.- Se declara de interés
Decreto publicado el
público y seguridad nacional la realización
de proyectos y obras a cargo del
Gobierno de México … se consideren
prioritarios y/o estratégicos
para el desarrollo nacional”
22 de noviembre de 2021
Sin duda que la historia se repite, porque siempre se ha visto ésta en las lecciones de las escuelas sin derecho, y el derecho sin historia. Es decir, pareciera que los acontecimientos, las guerras, batallas y muertes, no han producido leyes y disposiciones jurídicas o bien, se trate esos acontecimientos que de origen son el resultado de leyes, decretos y disposiciones jurídicas. Por ello es que se ve demasiado plana la historia, solamente haciendo mención de héroes y fechas, que se quedan en los libros de texto y en los museos. Por su parte, en el derecho solamente se leen las normas vigentes y se aprenden de memoria, si a caso se comenta alguna ocurrencia de los tribunales al respecto, pero en eso no se interesa ni el profesor, menos los alumnos, de lo que sucedió en la realidad entre esas normas jurídicas y la población (Vergara Nava, Silvino. El Plan de Ayala desde otra mirada. Puebla: Pármenas, 2019).
Por lo anterior es que tenemos recientemente éste decreto, publicado el día 22 de noviembre de 2021 en el diario oficial de la federación, tan penoso para nuestras autoridades, para nuestra población, incluso, para los abogados que intervinieron en su elaboración –si es que de verdad hubo abogados que hayan intervenido- y para los profesores y profesionistas de ese gremio, al observar que se den estos lamentables decretos en pleno siglo XXI en México, como si la historia no sirviera de nada, o no haya servido de escarmiento tantas muertes e infortunios que hemos vivido.
Basta con la pregunta al respecto de ese decreto: ¿Justicia infinita o aún hay jueces en Berlín?, para saber a dónde vamos. En primer término, eso de: “justicia infinita”, es la ocurrencia presidencial de George Bush, segundo, una vez que se sucedió la tragedia de las torres gemelas el 11 de septiembre de 2001, así se denominó su programa político y de guerra para contrarrestar todos esos sucesos, que propiamente fue una especie de declaración de guerra contra el mundo musulmán, principalmente los Talibanes, invasiones, la creación de las cárceles secretas como Guantánamo en Cuba, la detención de población musulmana sin proceso, torturas y mas torturas con la única justificación de “por si acaso” cometen un acto terrorista. Se denomino “justicia infinita”, porque asumió ese presidente de Estados Unidos de América, que tenía el la capacidad de saber que era la justicia y nadie más, (Zizek, Slavoj, “Bienvenidos al desierto de lo real” Akal, Madrid, 2015)
Lo sucedido actualmente, con este decreto, pareciera la misma “justicia infinita”, conformado dicho decreto por tres artículos, que establecen que las autorizaciones y licencias que se requieran para las obras públicas de este sexenio deben ser aprobadas en tres días por cualquier autoridad y nivel de gobierno y de no haberse autorizado en tres días, entonces, se asumirá que quedaron autorizados permisos, concesiones, licencias, o lo que sea con la finalidad de terminar con las obras publicas de esta administración pública federal. En cambio, en la calle, observamos a miles de ciudadanos de a pie que tramitan permisos, licencias autorizaciones que están años estancados en los órganos del Estado, en cualquier nivel de gobierno, por la falta de una simple firma, autorización, o bien, apoyo económico al servidor público. Desde luego que no se puede confundir el Estado con su función, y principalmente porque ese concepto de interés público, ya los propios tribunales han sostenido que no cuenta con un significado, son a lo que le llaman: “conceptos cuasi-románticos”. (Zaffaroni, E, Raúl, Doctrina penal nazi: La dogmática penal alemana entre 1933 y 1945, Buenos Aires: Ediar, 2017)
Del otro lado, contamos con la vieja leyenda denominada: “Aún hay jueces en Berlín” (VERGARA NAVA, Silvino. Temas jurídicos para tiempos no jurídicos. Guadalajara/Puebla: PaideiaMx/Pármenas, 2016) que hace mención de un príncipe en el siglo XIX en Prusia totalmente autoritario, que pretendía, para ampliar su bello jardín del reino, apropiarse de las tierras de un molinero. Si no es porque un juez valiente suspende la expropiación injusta que se estaba cometiendo, el molinero hubiera perdido todo su patrimonio. Con este decreto, bien podríamos preguntarnos entonces, la historia de México hacia dónde se inclina: ¿Justicia infinita o aún hay jueces en Berlín? (Web: parmenasradio.org).