En este año se cumplen 205 años del Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, aprobado el 22 de octubre de 1814 y promulgado dos días después; decreto que tuvo su origen en los sentimientos de la nación de José Maria Morelos y Pavón y tuvo como objetivo principal legitimar la guerra de guerrillas que se estaba llevando a cabo para la independencia absoluta de México del reino de España.
Dicho decreto, en sus primeros 41 artículos, ya contenía el principio de legalidad y el de división de poderes como ejes principales del Estado de derecho; así mismo, hablaba de los derechos con que cuentan los nacionales (que, en ese tiempo, solamente eran los nacidos en territorio nacional); derechos que siguen en pie actualmente, como lo es la igualdad ante la ley y la libertad o los que versan sobre la propiedad, la no detención arbitraria de las personas, la proporcionalidad de las penas, el derecho de defensa previa, las expropiaciones por causa de utilidad pública y la inviolabilidad del domicilio de los particulares.
A 205 años de ese decreto, firmado en Apatzingan, Michoacán, en México sigue la lucha de mujeres y hombres por esos derechos que no se han cristalizado (empezando por aquella ciudad donde se firmó aquel). Hoy pareciera que ese Estado de derecho dejó de estar vigente. Las autodefensas y su normatividad paralela a la oficial están haciendo frente a las desapariciones, homicidios, robos y violencia generalizada; todo por lo cual no pueden responder las instituciones oficiales. Hoy, a diferencia de hace 205 años, cuando se luchaba por la independencia y los valores cimentados, se lucha por la supervivencia y por el único valor que ha dejado el capitalismo financiero: el dinero.