Una oficialía de partes denominada: “Poder legislativo”

Silvino Vergara Nava

“Cuando en la misma persona o

en el mismo cuerpo de magistratura,

la potestad legislativa y la potestad ejecutiva

están reunidas, no puede haber libertad,

porque se puede temer que el mismo monarca

 o senado pueda hacer leyes tiránicas,

para ejecutarlas tiránicamente”.

Montesquieu

(1689-1755)

Con lo sucedido en los días que están transcurriendo de mediados de octubre de 2022, respecto a la ausencia de comparecencia del titular de la Defensa Nacional en el Congreso de la Unión, que después se convirtió en una cita cancelada en sus oficinas y no en el recinto legislativo, estamos viviendo la triste confirmación de que el Poder Legislativo se ha convertido en una oficialía de partes más de la administración pública federal.

Una de las críticas que normalmente se hacen cuando se presentan las iniciativas de ley de la Presidencia de la República, prácticamente, sin leer por los legisladores, y que estos presurosos aprueban lo que no vieron, es la prueba de que el Poder Legislativo es simplemente una oficina de recepción de iniciativas de ley del Ejecutivo Federal y que solamente, se cumplirá con el protocolo de la presentación en esa oficina y la inmediata aprobación. Algo similar que está sucediendo actualmente, con la aprobación de la Ley de Ingresos de la Federación para 2023, que ya ha pasado a la Cámara de Senadores proveniente de la Cámara de Diputados, sin mayor trámite que el sello de recepción.

En el caso de la comparecencia del Secretario cancelada, es muy preocupante para un Estado de derecho que intenta ser México, ya que como es de todos sabido, el Estado de derecho cuenta con dos ejes fundamentales: El principio de legalidad, en donde se sostiene que: “la autoridad únicamente puede hacer lo que la ley expresamente le faculta” y, la división de poderes, esto es, la necesidad de que el poder político este dividido, y no se pueda concentrar en un solo poder o persona dos o más de esos poderes, siendo el objetivo, evitar la arbitrariedad.

Ya lo sostenía Winston Churchill: “El Poder del Ejecutivo para confinar a un hombre a la cárcel sin formular acusación alguna ante la justicia, y particularmente para negarle el juicio por parte de sus pares, es odioso en extremo, y la base de todo gobierno totalitario”.

La no comparecencia de un Secretario ante el legislador, no es otra cosa más que, la supremacía del Ejecutivo sobre el legislativo, sobre todo, por lo que hoy representa el problema que se ha minimizado respecto al robo de información a la Secretaria de Defensa Nacional, lo cual no solamente pone en entre dicho al gobierno, sino una preocupación mayúscula de la población en general, más aun en los tiempos que se están viviendo en el país, que por intentar combatir la inseguridad pública, resulta que ahora nos hemos quedado sin seguridad jurídica.

Es un problema muy grave que se puedan infiltrar en los archivos de esa institución de defensa nacional, que es tan importante para cualquier nación. Pero, aun más preocupante, si es que, no se presenta a su comparecencia el Secretario del ramo, pero aun más lacerante, es que se cite a los legisladores a sus oficinas y finalmente, se cancele la reunión. Es todo un desprestigio para el Poder Legislativo, indudablemente, que se le trata y, por ende, se confirma que es una simple: “oficialía de partes”.

La división de poderes es esencial, si la pretensión en un Estado, como es el caso del mexicano, es que tenga el carácter de un Estado de derecho, en donde, el derecho se encuentre sobre la política y no la política sobre el derecho. Ya que, cuando la política está sobre el derecho es que, son las simples voluntades de quien ostenta el poder la manera en que se gobierna, y no las razones del derecho. Pudiera preguntarse: ¿Por qué no las voluntades del gobernante?, Sencillamente, porque se abre la puerta a la arbitrariedad, a la corrupción y después a la violencia contra la población, esto es a los genocidios y los políticidios. Bien lo ha sostenido el profesor francés Edgar Morin: “La violencia de Estado que golpea a un pueblo, y también a quienes se le resisten, es, en sí misma, una violencia de terror”.

Indudablemente, que lo sucedido con la ausencia de comparecencia del secretario del ramo mas importante en los tiempos de tanta inseguridad pública ante el Congreso de la Unión, no es otra cosa que, la confirmación, no de un Estado de Derecho, sino de un “estado disfuncional”, en donde, siguen sirviendo muchas de las instituciones públicas y por ello, el país se mantiene en pie. Pero que, desafortunadamente hay demasiadas instituciones que están atrofiadas, y eso es lo que provoca que estemos muy lejos del Estado de Derecho en México, y para muestra; una oficialía de partes denominada: Poder legislativo. (Web: parmenasradio.org)

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